Un Docente llamado Carlos Pietri
Todos lo advertían, por lo desmejorado de su estado en los últimos días, pero yo me aferraba a la Fe. Creo en los milagros y desde lo más profundo de mí ser, rogaba que se produjera uno. Simplemente no pasó. El Profe Pietri cambió de plano. Se fue de este mundo dejando a su paso unas imborrables huellas que permanecerán en el recuerdo de la comunidad universitaria por largos años.
Ingeniero de profesión, y docente por vocación y convicción. Amó esta casa de estudios con ternura, con admiración y con preocupación. Lo que estuviera a su alcance lo hacía. Planificaba, proyectaba y trataba, en la medida de lo posible, brindar soluciones al problema perentorio que se sobreponía al resto (en la universidad lo que sobran son problemas).
Nació un 21 de agosto del año 54 en la población de Santa Cruz de Cariaco, del estado Sucre. Obtuvo su título de Ingeniero Electrónico en la Universidad de Agricultura y Ciencias Aplicadas del estado de Oklahoma, en Estados Unidos de América en el año 1979. Ese mismo año, ingresó como docente al IUPEG, desde entonces se enamoró de su oficio, de ese sublime interactuar con los alumnos para dejarles un conocimiento, un consejo o simplemente una moraleja que le permitía explanarse en un tema de interés para el colectivo.
Paralelamente a su desempeño en la empresa CVG EDELCA, el Ing. Carlos Pietri dedicaba las tardes y noches de sus días a la docencia, tarea que jamás dejó de ejercer, a pesar de estar al frente, primero del Departamento de Ing. Eléctrica y posteriormente, de la Dirección Académica de la UNEXPO, Vice-Rectorado Puerto Ordaz. No necesitaba una carga académica para mantener el diario contacto con los alumnos. Todos los días tocaban a su puerta estudiantes o profesores y, si estaba en sus manos, daba solución al planteamiento de cada uno.
Fue un gerente en toda la extensión de la palabra. Sabía oír, escuchar…. y reconocía los méritos de cualquier empleado u obrero. Estuvo siempre ganado al progreso y modernización de los proceso institucionales. Sin temor a equivocarme puedo asegurar que, para él, dar la bienvenida a los estudiantes de nuevo ingreso y celebrar con los graduandos en cada una de las promociones, fue un verdadero placer. Trajeado con sus mejores galas, aprovechó cada oportunidad que tuvo para brindar un consejo, una palabra de aliento y una exhortación para continuar por la senda del bien. Con un chistecito lograba la atención del público, y con la moraleja de ese chistecito, se aseguraba de que el mensaje puntual llegará a cada uno de los asistentes.
A los estudiantes de nuevo ingreso les exhortaba a no decaer, a pesar de las vicisitudes del camino. A los padres de estos, ha apoyarlos más que nunca, porque en las aulas de esta universidad se convertirían no solo en ingenieros, también en hombres y mujeres de bien. Les decía: “…ustedes son privilegiados por formar parte de esta gran universidad. Muchos no lograron entrar y ustedes, a pesar de sus temores, hoy empiezan a recorrer un camino de expectativas e incertidumbre. Ustedes van a salir adelante y van a triunfar. Van a tener caídas para aprender por experiencia propia. Además, están acá para hacer amigos…amigos que pasaran a ser para toda la vida. Pronto, en este mismo lugar, espero verlos recibiendo su título de Ingeniero. La vida esta echa para caer y levantarse. Tienen que caerse para así fortalecerse y crecer…”
Fue homenajeado en innumerables ocasiones como Padrino General de Promoción por el estudiantado de esta casa de estudios politécnicos. En su último discurso acotó, que la designación lo había llenado de alegría. “Es un estímulo para trabajar con más fuerzas por la institución; y también, una enorme responsabilidad….”
Su mensaje giró en torno a la tecnología y, a la cada vez más creciente dependencia de los jóvenes, a estas redes sociales. Les dijo: “….consideren que se crearon para hacernos la vida más fácil; pero han avanzado tanto que parece que el ser humano no está apto para manejarla. A veces nos perjudica porque nos aleja de la sociedad y en los trabajos que ahora les esperan, pudieran ser criticados si se dejan dominar por la tecnología. Aprendamos a valorar todos los momentos y nuestro alrededor”. Finalmente, les invitó a continuar la senda del conocimiento, a ser humildes de corazón y a compartir todo lo aprehendido; a usar el ingenio y la creatividad para beneficio de la sociedad, de los que estén a su alrededor: padres, hijos, amigos, compañeros de trabajo y amigos. ¡Que detalle, verdad!
Cuánto lamento su partida, a mi juicio, prematura, porque tenía mucho que aportar. Siempre lo recordaremos como lo que fue, un ciudadano ejemplar, un luchador incansable, responsable, amable…., un caballero en todo el sentido de la palabra.
Pero, como lo mencioné al principio, un docente como usted, que dejó huella imborrable en la vida de muchas personas y de nuestra institución, no muere jamás….., trasciende.
Adiós profe, siempre estará en nuestros corazones.
Elsa López C.
