Diseñado en la UNEXPO Sistema para la Gestión de la Propiedad Intelectual

Lunes, 04 de Noviembre de 2013 14:10

Proteger el producto intelectual de un investigador, artista o autor en Venezuela es una tarea salomónica y educarlo sobre las herramientas jurídicas existentes para tal fin, lo es aún más. Bajo esta premisa José Lozada, ingeniero tesista adscrito a la Oficina Regional de Planta Física de la UNEXPO Puerto Ordaz, diseñó un Sistema para la Gestión de la Propiedad Intelectual en la institución.

Lozada, quien en su momento optaba al grado de Magíster Scientiarum en Ingeniería Industrial en esta misma casa de estudios, enfocó su propuesta investigativa en pro de salvaguardar toda creación intelectual de los actores UNEXPO, concebidas hasta el presente y carentes de escudo jurídico alguno.

Divididas en dos apartados, están conceptualizadas las definiciones válidas para Propiedad Intelectual:

La primera es Propiedad Industrial, que se refiere a las patentes, las marcas de comercio y servicio, a nombres y designaciones comerciales; es decir, a salvaguardar las invenciones o diseños industriales que determinan el aspecto de un producto.

Y, el segundo es el término Derecho de Autor, que apunta a las obras literarias, artísticas, musicales, culturales y a su autor propiamente dicho; respaldando como creación original tal selección de elementos. Por ejemplo, las notas musicales que componen una canción, los colores y materiales en artes plásticas, y los guiones para telenovelas o cine.

Una invención y una obra artística se protegen de distinta forma, pero bajo el mismo techo de las leyes venezolanas, Servicio Autónomo de la Propiedad Intelectual SAPI y de la Organización Mundial para la Propiedad Intelectual OMPI. Sin embargo, las innovaciones industriales requieren de un registro, notificación pública y tienen un período de protección con caducidad predeterminada.

El tesista estableció una clara definición de términos a fin justificar la relevancia de su trabajo investigativo e igualó los centros universitarios con centros de creación y producción continua, en los que el resultado obtenido tiene que ser manejado y protegido habilidosamente.

En otras palabras, ya sea con fines meritorios, aquellos que generan el reconocimiento de público y seguidores; o con objetivos de comercialización, que deriven en la ganancia de dinero, proteger lo que ha sido ideado por un inventor o compositor es una norma base para el respeto y la buena convivencia en sociedad, donde se aplaude y no se secuestra la voz del similar.

Utilidad real en lo interno

La UNEXPO es reconocida por ser la Universidad Técnica del Estado venezolano, por ende sus estudiantes, docentes, trabajadores y empleados administrativos gozan de un perfil académico y profesional que los ubica entre los mejores candidatos para innovar cada día. De aquí la necesidad de proteger, patentar, compartir y comercializar, según sea el caso, cada una de sus creaciones.

Esta investigación señala que desde un trabajo especial de grado, una obra teatral y hasta una fórmula científica ideada por un actor de nuestra comunidad universitaria, goza de protección legal.

Sin embargo, no es un hecho instantáneo. Son sus propios autores, tutores, mentores o la institución, representada en las autoridades académicas, quienes deben seguir una serie de pasos para notificar, registrar y salvaguardar tal creación intelectual. Lozada, en ese sentido, propuso un diseño sistémico que incluye todos los pasos a seguir para lograr el objetivo central: mantener al margen a quienes osan hurtar conocimientos y méritos ajenos.

El tesista enfatiza que la práctica del plagio en Venezuela, y en el resto del mundo en general, es más común de lo que muchos podrían imaginar. De allí, la necesidad de determinar y blindar los derechos de autor o propiedad industrial ante las instancias correspondientes.

De la teoría a la práctica

La puesta en funcionamiento de este diseño demanda capital tanto humano como económico, sumado a espacios físicos, hardwares (equipos informáticos) y muebles, a su vez requiere también de la activación de un equipo de profesionales multidisciplinario: abogados, administradores e investigadores.

La inventiva de universitarios y docentes no escapa de las posibilidades del lucro. Encabezar listas de programas científico-tecnológicos, destacar más allá de las fronteras nacionales, entre otras aclamaciones, forma parte del interés natural de cada autor. No obstante, obtener dinero en forma directa que permita financiar nuevas investigaciones y subsanar deficiencias presupuestarias en la institución, son codiciadas alternativas que, muy difícilmente, pueden dejarse pasar.

Entonces, contextualizando a la UNEXPO como una universidad pública que depende de los recursos asignados por el Ministerio de Educación Superior, considerando la existencia de engorrosos trámites para la aprobación del financiamiento de investigaciones y de limitaciones en los montos de tales partidas presupuestarias, contar con sistema que haga efectiva la fórmula [investigación + inventiva= reconocimiento/dinero] sería, sin duda, una propuesta a colocar en la agenda de quienes gerencian la institución.

Adelantándose a las especificaciones técnicas y logísticas necesarias para la hipotética puesta en marcha del sistema de protección de propiedad intelectual, el ingeniero Lozada redactó con el apoyo de especialistas en el área jurídica un borrador de Reglamento Interno para el resguardo de las creaciones unexpistas.

El tesista realizó detenidas lecturas de normativas empleadas en otras casas de estudios, ubicadas dentro y fuera del territorio nacional, revisó exhaustivamente las leyes venezolanas y creó lo que sería el primer borrador de código para la práctica preventiva de la usurpación de creaciones intelectuales o propiedades industriales.

(Prensa UNEXPO/LP)